Últimas Reseñas:

Últimas Reseñas:

20 junio, 2014

Marioneta de mi Naturaleza II


Quiero advertir que este escrito, la sucesión de Marioneta de mi Naturaleza I, contiene material erótico sin censura y homosexual. Gracias por leer, espero que disfruten de la lectura.


Caminaba tranquilamente por el caminito de tierra que conectaba mi casa con el pueblo, era un camino estrecho rodeado de árboles que eran tan altos que tapaban el cielo ofreciéndo la total oscuridad, era bastante tétrico de noche, daba la sensación de ser la Caperucita Roja y que Lobo Feroz fuera a lanzarse sobre ti en cualquier momento.



Como dije, soy Pinocho, soy una marioneta y ahora mismo mis instintos me manipulan pero debo resistirme. Papá ya salió de casa y debo apresurarme para ir a trabajar con Señor Pereira. Ya que de día papá esperara el dinero que le traeré en casa sentado en su sillón de cuero de cocodrilo y con la cruel dama de cabellos azules sobre sus piernas o jugando con su pequeño pene que no heredé. Es de noche y debo tomar el camino hacia el pueblo pero sin llegar a este ya que a mitad de camino debo desviarme hacia la izquierda y seguir derecho hasta llegar a una cueva donde Señor Pereira me espera como cada noche con un cliente.
Llegue hasta la cueva y como siempre Señor Pereira me dio una solución de agua con un polvo que hacia que mi miembro se endureciera antes de entrar a uno de los muchos "cuartos" separados por cortinas que había fabricado Anneliese, la esclava de Señor Pereira. Después de tomar la solución Anneliese y yo nos tomamos la mano y esta me condujo hacia el cuarto que se encontraba al final de la cueva medianamente grande.

- ¿Quién me solicitó hoy?- pregunte esperando a que respondiera que era uno de mis clientes frecuentes, como el alcalde del pueblo.

- Lo solicitó Lord Howard. - respondió Anneliese - te solicito para hoy y mañana, pero mañana estarás conmigo también.

Solo me limite a asentir, Lord Howard no era un cliente frecuente pero si uno bien particular y excitante, con el no necesitaba del todo la solución ya que me gustan sus juegos, y mas si estos incluyen la participación de Anneliese. Anneliese como dije es la esclava de Señor Pereira, una esclava que yo amo y muy bonita, con un cuerpo curvilíneo y no demasiado delgado o demasiado gordo como lo eran la mayoría de los cuerpos de las mujeres del pueblo, Anneliese heredó los celestes ojos y la piel pálida de Señor Pereira (si, el era su padre, aunque el desgraciado nunca lo reconozca) y los gruesos labios junto a la larga melena negra y curvilíneo cuerpo de su difunta madre mulata que también era la esclava de Señor Pereira. Con estas descripciones que he hecho acabo de darme cuenta que bonita queda corto para ella, ya que es hermosa, es mas, es perfecta para mi, tanto que haría todo lo posible para que mi naturaleza maldita no le ponga las manos encima.
Mis pensamientos fueron interrumpidos al llegar hasta nuestro destino, el último "cuarto" de la cueva.

-¿Lord Howard?- llama Anneliese - su pedido ha llegado.

- Que pase - responde una gruesa voz.

Anneliese aparta la cortina, y yo entro con la cabeza gacha mirando el suelo cubierta por una costosa alfombra traída de las Indias. Doy dos cortos pasos por la alfombra con actitud sumisa como a Lord Howard le gusta, siento a Anneliese dejar caer la cortina y alejarse con un paso lento y probablemente muy sensual como acostumbra.

- Buenas noches Amo Howard - saludo cortésmente mientras siento su mirada en mi cuerpo.

- Buenas noches Ned, mi Pinocho sexual - saluda Lord Howard como siempre.- miradme.

Obedezco levantando mi cabeza y observo su trabajada figura recostada sobre los cojines, su rostro ingles con ojos esmeralda y cabello carbón iluminados por las enormes velas de nuestro alrededor. Si, Lord Howard era un señor muy sexy, y muy bueno para el deporte como para tener BDSM.

- Quítate la ropa sin dejar de mirarme a los ojos. -ordena.

Siguiendo sus ordenes me quito la blanca camisa desabotonando este con un lento paso y dejándolo caer a la alfombra, desabrocho el botón y el cierre de mis pantalones y antes de deshacerme de ellos, me quito las botas e incremento la intensidad de la mirada que le dirijo a Lord Howard mientras paso la lengua por mi labio inferior, Lord Howard me mira con diversión mientras sonríe.

- Acércate mi Pinocho.- ordena.

Vuelvo a obedecer ya que necesito el dinero, odio que me llame de esa manera, me recuerda que soy una marioneta, que siempre estaré controlado y manejado a gusto de mis instintos, a gusto de este trabajo, a gusto de mi propio padre pero nunca a mi propio gusto ya que eso nunca pasará, ya que ser un niño real de verdad es algo que esta lejos de mi ¿Qué? ¿les parece raro que en un comienzo les diga que me pueden llamar de esta manera aunque me moleste? Pues la verdad es que no importa cuanto odie ese nombre, esa comparación, el significado que acarrea ese nombre, no importa el odio y el vacío que se expande cada vez que me llamen de esa manera, no importa por que ya me han hecho tanto daño que ser llamado de alguna manera que odie ya me parece poco. 

- Ven, siéntate en mis piernas- dice Lord Howard cuando llego al frente suyo.

Me siento en sus piernas como ordena y este empieza a acariciar la parte interna de mi blanco muslo, mis mejillas se sonrojan y me éxito de verdad, mas de lo que la solución de Señor Pereira me estimula a hacer, ya quiero que haga el siguiente paso de este erótico encuentro pagado.

- ¿Estas apurado Pinocho?- pregunta con aire de diversión.

- No, mi querido amo. - miento.

El semblante de Lord Howard pasa de ser divertido a ser serio, toma las esposas que se encuentran a su lado y me las pone en las muñecas, me levanta bruscamente y me lleva hasta uno de los muros de la habitación que tiene unas cadenas pegadas a la pared de roca.

- Arrodíllate- vuelve a ordenar.

Yo no hago mas que obedecer esperando a que esto continúe ya que mi deseo por el ya era incontrolable, es una suerte de que me tenga encadenado por que si no fuera así mi naturaleza ya habría tomado el control de los hilos imaginarios que controlan mi ser y hubiera empezado a descargar mi deseo en el de la manera mas excitante para mi pero tal vez mas horrorosa para el.
Lord Howard me encadena a la pared uniendo las esposas junto a las cadenas mientras yo permanezco ahí en frente de la pared, desnudo y muy excitado con mi cliente a mis espaldas.

- Quiero que te pongas en cuatro Pinocho. - dice - y que levantes ese esponjoso y follable trasero que tienes.

Hago exactamente lo que me pide, después de unos segundos empiezo a sentir como la mano con lubricante de Lord Howard masajea mi trasero y estimula el orificio por el cual va a penetrar su miembro para que este se dilate. Gimo mientras este traza movimientos circulares sobre mi ano cada vez mas rápido, y de la nada siento un dulce y doloroso golpe en mi nalga derecha, y un segundo después siento el mismo golpe en mi nalga izquierda, y así sucesivamente.

- ¿Sabes que es esto Pinocho? Se llama castigo, castigo por mentir.- dice Lord Howard con los dientes apretados y sin parar de darme nalgadas.

- Lo siento amo, no volveré a mentirle.

Las nalgadas cesan, y siento que Lord Howard se va de mi lado para ir en busca de algo, los ruidos que hace me desesperan y de la nada pero ya esperando que esto sucediera, siento que algo frío y suave se desliza por mi ano, Lord Howard pulsa un botón de tal artefacto y este empieza a funcionar haciendo movimientos circulares dentro de mi. Gimo de placer, y pronto siento que Lord Howard me golpea con un látigo en mis muslos, ese dulce y agónico dolor me encanta.

- Vuelves a mentir Pinocho, monstruos como los humanos nunca dejan de mentir.

Y con estas palabras Lord Howard vuelve a golpearme con el látigo varias veces en mi espalda, mi trasero y mis muslos, mientras yo grito y gimo de placer.
La diferencia entre Lord Howard y los otros clientes que yo atiendo. es que Lord Howard es el único que sabe como excitarme, ya que este es el único que practica BDSM mientras que los otros solo se preocupan de que yo les haga sexo oral y ofrezca mi trasero para su diversión y placer debido a que estos no se conforman con la vagina de una mujer.
Mi cliente favorito, deja de golpearme con el látigo y quita el juguete sexual insertado en mi ano, lo apaga e inserta su miembro rápidamente después de lanzar el juguete bien lejos. pone una mano en mi cadera y la otra en mi miembro masturbando este, empieza a hacer un vaivén de cadera que acelera y disminuye su ritmo de vez en cuando sin parar de tocar mi duro miembro. El calor que emana mi cuerpo inversa a la fría noche fuera de la cueva se hace insoportable, un cosquilleo se extiende desde mi pelvis hasta llegar al extremo de mi miembro y eyaculo, el placer sigue presente en mi y disfruto sus últimos momentos mientras que Lord Howard saca su pene de mi interior y se pone de pie.

- Arrodillase y de media vuelta- ordena Lord Howard.

- Si Amo. - respondo siguiendo sus ordenes.

Al dar la media vuelta me encuentro con el pene de Lord Howard en frente de mi cara, con mis manos esposadas tomo el miembro de mi cliente y lo inserto a mi boca sin esperar ordenes ya que se perfectamente que eso es lo que el quiere. Succiono y lamo su glande mientras mis manos recorren el resto de su miembro en un acelerado ritmo, mi cliente llega a la cúspide y de su pene sale un caliente y blanco liquido que baña mi cara.
Y de esta manera mi trabajo de esta noche concluye con una gran bolsa de monedas de oro y algunas piedras preciosas que suelo recibir de Lord Howard, y también otra pequeña bolsa de oro con el cual me paga Señor Pereira cada noche, esa pequeña bolsa que debo entregárselo a mi padre cada mañana. Me despido de mi cliente, mi proveedor de trabajo y también de Anneliese con un tierno beso en sus labios como la mayoría de los amaneceres hacemos y me dirijo hacia el bosque para esconder el dinero que me dio Lord Howard esta noche en el hueco que forman las raíces de un árbol esperando a que cuando reúna suficiente dinero pueda comprar a Anneliese y así escapar con ella lejos de este infierno, y poder al fin cosechar felicidad. Así es, la semilla de nuestra felicidad se encuentra en todo este oro acumulado bajo las grandes raíces de este viejo árbol.




No hay comentarios. :

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...